La fractura de algún hueso de la cara puede ser consecuencia de agresión física, accidentes de automóvil o motocicletas o accidentes laborales trayendo consigo heridas en la piel y tejidos más profundos. Se requiere una valoración especializada para poder diagnosticar y tratar el problema y evitar complicaciones en un futuro. En algunos casos el mejor tratamiento es la reducción de la fractura y la colocación de placas y tornillos en quirófano.